El rito del Curanto, consiste en la preparación de alimentos cocidos bajo el calor de piedras bochas, las mismas que son calentadas previamente con leños y que son colocadas en un pozo cavado en la tierra.
Asimismo, las oriundas hojas de Maqui o Nalca, cubren a las verduras y las carnes, para originar un sabor apetitoso, ligeramente ahumado, y exquisitamente irresistible.
Según el mito, los indígenas que ocuparon y se alojan este suelo son los poseedores del Curanto, a ellos les pertenece el símbolo: la cosecha próspera, la tierra que se abre y nos entrega sus frutos y el agradecimiento.
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